El género Echeveria, de la familia de las Crassulaceae, lo integran casi 400 especies de plantas suculentas oriundas de la zona comprendida entre México y el norte de Brasil. Algunas especies son: Echeveria setosa, Echeveria gibbiflora, Echeveria elegans, Echeveria runyonii, Echeveria glauca, Echeveria pulvinata, Echeveria lilacina, Echeveria agavoides, Echeveria pelucida.
La Echeveria pilosa procede del centro y el sur de México.
Son pequeñas plantas suculentas que tienden a producir colonias. Las hojas son carnosas, surgen en rosetas y son de color verde claro y están cubiertas de finos pelillos blanquecinos. Las flores son de color amarillo y rojo y aparecen en espigas por encima de las hojas. Florecen durante el verano.
Por su tamaño suelen cultivarse en macetas y jardineras más anchas que altas. También son apropiadas para rocallas o para cubrir taludes no demasiado soleados.
Luz:
La Echeveria setosa prefiere una exposición de sombra ligera evitando el sol directo en las horas más calurosas del día.
Sustrato:
Un suelo apropiado para estas plantas sería una mezcla de un 50% de turba rubia, un 25% de arena gruesa y un 25% de tierra vegetal.
Riego:
Regar siempre de forma moderada esperando a que la tierra se seque por completo. En invierno se suspenderán los riegos.
Será suficiente con un abonado con fertilizante mineral para plantas suculentas en primavera.
No necesitan poda pero se pueden eliminar los tallos florales marchitos.
Sus principales enemigos son el sol intenso y el exceso de humedad.
Reproducción: La manera más sencilla de multiplicarlas es por esquejes de hoja puestos a enraizar en un sustrato arenoso y un poco húmedo en primavera o verano o también por separación de hijuelos en la misma época.
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